Success won't just come to you - it has to be met at least half way.
Ella ya no te ama más. Eso me dijo Paula. Yo nunca la amé (DIOS! Es una chica!). Pero me jode que su amor haya durado dos semanas. Y yo sé porque no me ama más, porque me vio y se decepcionó. Y claro, ya lo dije y me canso de repetir: decepciono a todo el mundo. Ella se esperaba otra cosa y no la culpo. Esperaba ver a la perfección en persona. Pero no, esta soy yo. Y no quiero serlo. Me odia y sabemos bien porqué. Pero eso se puede arreglar con un poco de depresión mezclada con té de canela. Y no lo hago para que ella vuelva a gustar de mi, agh, no. ¡Si es una basura de persona! Lo quiero hacer por mí, sí, para gustarme a mi. Por primera vez voy a utilizar el último recurso que me queda en pie: el egoísmo. Quiero que todo el mundo me deje en paz, me odie y me deje morir idiotamente esquelética y feliz.
Y ahora vuelvo a estar mal y todo se vuelve repetitivamente innecesario pero irremediable. Y otra vez tengo las mismas ganas de morir, las mismas ganas de no tener ganas de nada. Roxana, Roxana y la otra. Natasha, nati. Anoréxica con orgullo. La odio porque la veo casi todos los días tan perfecta, tan ejemplo a seguir. Se ve tan linda con su mirada frágil y esas hermosas ojeras de desnutrición. Siempre tomando su SevenUp light. Siempre tan feliz y tan fuerte. ¡Qué envidia!
Y yo, después de todo esto sigo estando gorda.
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