This eyesore, it's me.

No tengo fuerza de voluntad. Creo que nunca la voy a tener. Me pasé tres días sin comer. Tres días de ayuno. Para llegar a hoy y devorarme la vida. Dos masitas árabes, una pata de pollo, tres tomates, cinco obleas, tres tazas de caldo, dos empanadas. Soy un asco de persona. Voy a morir gorda. No sé para qué sigo viviendo así. ¿Porqué no me entra en la cabeza que no tengo que comer, que mi PEOR ENEMIGO ha sido, es y será la comida? Me tengo que alejar, no quiero saber más nada. No quiero comer nunca más en mi vida. No quiero tener estos kilos de más. Quiero que Ana vuelva conmigo, que no se decepcione. Que entienda la basura de persona que soy, que me proteja. Quiero dejar de comer para siempre, quiero morir de inanición. Sería lo mejor que me podría pasar.

Sé que sueno muy deprimida (o igual de deprimida que antes) pero no lo estoy. Estoy bastante tranquila. Sólo quiero que ya sea mañana para volver a sentir el estómago vacío. Esa sensación... es inexplicable. Exquisita, dulce, venenosa. Asquerosa. Una se siente tan vulnerable, inocente, débil. Mi menta deja de pensar, no existen energías para eso. A la oscuridad de la noche mi estómago no deja de gritar, y sin embargo las ganas de dormir son inmensas. Duermo todo el día como bebé. Voy al colegio a las seis, llego a mi casa a las dos, duermo hasta las cuatro. Me levanto y no entiendo nada. Me felicito por haber pasado otra tarde sin comer. Me tomo un té. Me quedo mirando la lluvia. Y no hago nada más que adelgazar día a día. No tengo emoción alguna: no estoy feliz pero tampoco triste. Es un estado de tranquilidad pura. Pero llega el fin de semana... donde mis papás no trabajan y están todo el día conmigo. Y una vez que pruebo un bocado no logro controlarme. No soy nadie. Soy un desastre, me odio por ser tan vulnerable ante la comida. Es mi droga, mi necesidad. Mi manera de ser feliz por unos miserables segundos. Todo eso para después volver a esta depresión absurda que abunda mis venas de muerte y soledad.

QUIERO DEJAR DE COMER, NO PUEDO MÁS. LA COMIDA ES MI ENEMIGA.